He terminado de leer los escritos de Vargas Llosa, aunque me faltan los anexos. Creo que he ido algo rápido al encontrarme de vacaciones y estoy tentado de releerme los últimos, a los que más velocidad les puse. Aunque pudiera parecer lo contrario este hombre me agrada... como me ocurre con toda la gente de diálogo, aunque luego pensemos diametralmente distinto.
Ocurre que al finalizar los textos se me ha quedado cierta preocupación encima. El último de ellos se titula Los Justos. Personalmente discrepo por completo del sentido que le da Vargas Llosa a "sus justos". Lo acota en exceso a los israelíes que critican a su gobierno por sus políticas con los palestinos. Son "los que se atreven"... pero los que se atreven "sólo" con una de las partes... y lo cierto es que Israel nunca tendrá en exclusividad la solución al fin del conflicto si no contamos con los palestinos.
Lo que me preocupa es ver la ceguera que Vargas Llosa y sus justos tienen hoy en torno al conflicto. No son conscientes de que éste ha mutado. En sus escritos el autor apenas presta atención a la cuestión islamista (no sólo el terrorismo, sino lo que es la vivencia propia del islam en su sentido netamente islamista). En Los Creyentes le dedica un mismo capítulo a un miembro de la Yihad Islámica y a un judío ultra ortodoxo defensor del Gran Israel y apenas vuelve a salir a la palestra la cuestión religiosa. Diera la sensación de que Vargas Llosa y los justos se encontraran en el Israel de los años 70 en lucha contra el panarabismo... donde el gesto de devolver las tierras conquistadas en el 67 y aceptar el derecho al retorno de las poblaciones árabes pondrían el punto final a tantos años de conflicto.
A mi modo de ver, dado que no puedo tener una visión localista del conflicto, considero que el panarabismo hoy no es un problema. Estoy absolutamente convencido de que si no existiera el actual movimiento social y político de corte islamista que va conquistando a los musulmanes, es muy posible que estuviéramos viviendo los capítulos finales del conflicto árabe-israelí y los primeros de una futura convivencia respetuosa.
Hoy Israel no se enfrenta con unas muchedumbres árabes deseosas de expulsar a los judíos de una tierra que consideran árabe... se enfrentan a unos musulmanes en proceso de radicalización deseosos de expulsar a los judíos y a cualquier cosa que huela a Occidente, a libertad, a democracia, a igualdad de sexo, a laicismo... de unas tierras que consideran islámicas.
Esta es mi preocupación. El conflicto ha mutado y algunos no se han percatado. Ejemplo cercano lo encontramos en la guerra reciente con Hezbollah. El Líbano sólo puso el campo de batalla, como Estado se limitó a hacer declaraciones.
¿Acusaremos a Israel de haber provocado esa mutación?... Hezbollah es un invento iraní, pero aun así... ¿qué papel jugó Israel en el surgimiento del movimiento talibán afgano, o en la tragedia de Argelia en los años noventa, o en el Sudán de Darfur, o ahora en la Somalia vencida al islamismo?
No podemos vendarnos los ojos. Amira Hass, periodista israelí, puede abandonar Israel e irse a vivir con los palestinos en Gaza para "saber lo que es vivir bajo una ocupación colonial"... pero seguro que no abandona su libertad como mujer de poder decidir sobre su vida... Ilan Pappe verá en el derecho al retorno el fin del conflicto... pero obviando que la sociedad palestina está tocada por el cáncer islamista que sin duda provocaría el final del conflicto... con la destrucción de Israel desde su interior.
La verdadera amenaza a la paz es otra. Ya no depende tanto del gobierno israelí, ni de la ANP... sino de conseguir frenar el islamismo. Y pareciera que en Europa estemos dispuestos a sacrificar a Israel con tal de calmar a la "bestia"... sin ir más lejos, dejamos que Argelia se desangrara ante nuestros ojos...
Ocurre que al finalizar los textos se me ha quedado cierta preocupación encima. El último de ellos se titula Los Justos. Personalmente discrepo por completo del sentido que le da Vargas Llosa a "sus justos". Lo acota en exceso a los israelíes que critican a su gobierno por sus políticas con los palestinos. Son "los que se atreven"... pero los que se atreven "sólo" con una de las partes... y lo cierto es que Israel nunca tendrá en exclusividad la solución al fin del conflicto si no contamos con los palestinos.
Lo que me preocupa es ver la ceguera que Vargas Llosa y sus justos tienen hoy en torno al conflicto. No son conscientes de que éste ha mutado. En sus escritos el autor apenas presta atención a la cuestión islamista (no sólo el terrorismo, sino lo que es la vivencia propia del islam en su sentido netamente islamista). En Los Creyentes le dedica un mismo capítulo a un miembro de la Yihad Islámica y a un judío ultra ortodoxo defensor del Gran Israel y apenas vuelve a salir a la palestra la cuestión religiosa. Diera la sensación de que Vargas Llosa y los justos se encontraran en el Israel de los años 70 en lucha contra el panarabismo... donde el gesto de devolver las tierras conquistadas en el 67 y aceptar el derecho al retorno de las poblaciones árabes pondrían el punto final a tantos años de conflicto.
A mi modo de ver, dado que no puedo tener una visión localista del conflicto, considero que el panarabismo hoy no es un problema. Estoy absolutamente convencido de que si no existiera el actual movimiento social y político de corte islamista que va conquistando a los musulmanes, es muy posible que estuviéramos viviendo los capítulos finales del conflicto árabe-israelí y los primeros de una futura convivencia respetuosa.
Hoy Israel no se enfrenta con unas muchedumbres árabes deseosas de expulsar a los judíos de una tierra que consideran árabe... se enfrentan a unos musulmanes en proceso de radicalización deseosos de expulsar a los judíos y a cualquier cosa que huela a Occidente, a libertad, a democracia, a igualdad de sexo, a laicismo... de unas tierras que consideran islámicas.
Esta es mi preocupación. El conflicto ha mutado y algunos no se han percatado. Ejemplo cercano lo encontramos en la guerra reciente con Hezbollah. El Líbano sólo puso el campo de batalla, como Estado se limitó a hacer declaraciones.
¿Acusaremos a Israel de haber provocado esa mutación?... Hezbollah es un invento iraní, pero aun así... ¿qué papel jugó Israel en el surgimiento del movimiento talibán afgano, o en la tragedia de Argelia en los años noventa, o en el Sudán de Darfur, o ahora en la Somalia vencida al islamismo?
No podemos vendarnos los ojos. Amira Hass, periodista israelí, puede abandonar Israel e irse a vivir con los palestinos en Gaza para "saber lo que es vivir bajo una ocupación colonial"... pero seguro que no abandona su libertad como mujer de poder decidir sobre su vida... Ilan Pappe verá en el derecho al retorno el fin del conflicto... pero obviando que la sociedad palestina está tocada por el cáncer islamista que sin duda provocaría el final del conflicto... con la destrucción de Israel desde su interior.
La verdadera amenaza a la paz es otra. Ya no depende tanto del gobierno israelí, ni de la ANP... sino de conseguir frenar el islamismo. Y pareciera que en Europa estemos dispuestos a sacrificar a Israel con tal de calmar a la "bestia"... sin ir más lejos, dejamos que Argelia se desangrara ante nuestros ojos...
1 comentario:
Jé, muy bueno el apunte sobre Amira Hass.
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